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  • Manel Bernal

With the People, Not For the People: personas para Recursos Humanos

Actualizado: 8 sept 2019

📷 Con el paso de los años, y desarrollando mi función en Recursos Humanos (RRHH) en las empresas en las que he tenido la suerte de vivir, muy a menudo me he encontrado con la sorpresa de que cuanto más cerca he estado de la dirección del negocio, más lejos me han visto de las personas. Es como si hubiera dos bandos y debiéramos decidir si se está siempre en uno u otro lado: ¿cómo hacemos para que exista un único lugar sin bandos?

📷 Existe una visión común muy generalizada, especialmente entre los perfiles más juniors que inician su carrera profesional en las organizaciones, que sostiene que el papel de RRHH es nice, es de ayudar y estar incondicionalmente al lado de las personas para escucharlas, ayudarlas y ofrecerles lo que creen que se merecen, sus expectativas (casi nada).

Desgraciadamente en la realidad esto no es ni puede ser sólo así en exclusiva. El papel de RRHH es provocar la creación de entornos de trabajo saludables, donde los objetivos de la organización y el de sus personas se crucen en un punto de encuentro equilibrado. Lo que menos profesionales saben o peor aún reconoce, es que ese papel debe ser liderado por los responsables de negocio, acompañados por el equipo de RRHH. Y lo cierto, como decía un artículo que leí estos días, es que RRHH no es para gente maja (nice), sino para gente justa (fair) -link: Nice vs fair -; si bien debemos tener en cuenta que al mismo tiempo ser nicees un must en RRHH, aunque lo hagamos bajo la tempestad o incluso el Apocalipsis.

📷 Os habéis preguntado alguna vez cómo debe ser trabajar en RRHH cuando es necesario trabajar un plan de re-estructuración para garantizar la supervivencia de tu empresa; o cuando le has dado expectativas a alguien sobre su continuidad y el escenario ha cambiado tanto que no se puede renovar ni substituir a nadie que se vaya; o cuando has animado a alguien a postularse para promocionar a una vacante interna y finalmente se contrata a alguien externo; o incluso cuando su responsable le ha prometido una revisión salarial y su evaluación del desempeño es pésima (tal como suena) ... pues la verdad no es fácil, pero sobre todo no es tan nice.

Y pese a que este discurso ha empezado más como un muro de las lamentaciones, en realidad busca intentar poner las cosas en su lugar, y hablar de valores, ética, profesionalidad, equidad y justicia en RRHH, con personas para el departamento de RRHH, que trabaje con las personas.

📷 Y es que como profesionales de personas, debemos ser capaces de detectar siempre dónde están las líneas rojas, y sobretodo mantener el tipo y la compostura como para no cruzarlas jamás. En innumerables ocasiones me ha tocado gestionar situaciones difíciles, duras y complicadas, situaciones que no deseo que vivan las personas de mis equipos, pero que acabo compartiendo con ellas para pensar conjuntamente en la forma más justa y llevadera, ya que muchas veces no se nos queda el cuerpo como para seguir tan majos. Son situaciones en las que los planes de personas que trabajaban conmigo se vieron truncados, con sus hipotecas, sus vacaciones familiares pagadas a Disneyland París, su coche nuevo recién comprado, sus proyectos de familia, etc, que preceden al miedo al cambio, a lo desconocido, a temer no poder permitirse aquello que habían soñado y planeado.

Por todo eso, esas situaciones deben estar siempre acompañadas de un baño de dignidad que solo pueden librar personas íntegras, que advierten con transparencia de lo que está por venir, que ayudan y acompañan en el proceso, que ofrecen todas las herramientas para una salida lo más generosa y honorable posible, que respete y ayude a su reputación. Para mí eso es ser personas para Recursos Humanos.

📷 Las empresas son como trenes que tienen un destino fijado, o que lo van fijando sobre la marcha. Desde RRHH, desde el área de personas, debemos garantizar que somos capaces de conseguir que nuestras organizaciones paren sus trenes en estaciones donde pararán otros trenes, asesorando a nuestros pasajeros advertidos previamente de que van a tener que bajarse en la próxima estación y animando a que sean conscientes de todas las bondades de otros trenes que se dirigen a otros destinos e incluso prepararlos para que sean capaces de conseguir su billete para subir a ellos.

Lo que debemos tratar de garantizar siempre, es que nunca abandonaremos a nuestros pasajeros de una patada mientras el tren todavía está en marcha, porque si eso pasa, quizás debamos saltar o pedir que nos dejen bajar en la próxima estación.

Por lo tanto, voy a seguir recordándome de la importancia de ser persona con las personas, aunque las circunstancias del negocio sean complejas, para que en la gestión de sus expectativas exista la visión de que se las ha escuchado sinceramente, y que se ha hecho todo lo posible siendo justos y nice al mismo tiempo: quizás esa sea la clave para construir lugares únicos, sin bandos a un y otro lado, a través de organizaciones que co-crean sin paternalismos, que trabajan con las personas, y no para las personas.

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